La tarima de madera, ya sea sintética o natural, aporta un toque te calidez y sofisticación a cualquier tipo de espacio. Gracias a la gran variedad de acabados y texturas, los suelos de exterior cada vez permiten más personalización, adaptándose al estilo de cualquier terraza o jardín.

Las tarimas de madera están tratadas para resistir las inclemencias del tiempo, incluyendo la humedad, el sol y las variaciones de temperatura. Esto garantiza una larga vida útil y un aspecto impecable durante muchos años.

Además, la tarima de composite no solo tiene un precio por metro cuadrado inferior a la natural, sino que es mucho más versátil, tiene gran resistencia a la lluvia y al sol y a la humedad, es antibacteriana y antiplagas y totalmente antideslizante, convirtiéndose en una gran opción para espacios resbaladizos como terrazas o piscinas.

A diferencia de otros materiales, la limpieza y el mantenimiento de la tarima exterior es sencillo, no requiere ningún tipo de tratamiento especial. La tarima sintética para exteriores puede limpiarse con jabón y fregona o bien con la manguera para retirar el polvo y las manchas. Al contrario de la madera natural, no requiere la aplicación de aceites o barnices, gracias a su excelente comportamiento en el exterior y la resistencia al alto tránsito.

Este tipo de tablones o losetas exteriores, no requiere barnizado, aceite ni cuidados especiales, lo que la hace muy práctica. Además, es resistente a la humedad, los rayos UV, a la nieve, heladas y no atrae insectos. Gracias a su fabricación con tecnología de vanguardia, existen opciones que imitan fielmente la textura y el veteado de la madera natural, permitiendo crear etilos modernos o más clásicos.

Además, la madera de composite es mucho más económica y barata que la tarima de madera natural.

La madera natural aporta un toque atemporal y sofisticado a cualquier espacio exterior.

Además, las tarimas hechas de maderas tropicales como Ipe, Iroko o Teca son altamente resistentes a la intemperie, hongos e insectos. La estética de la madera natural es inigualable, desde maderas tropicales hasta confieras, cada una con vetas y tonalidades únicas para crear ambientes personalizados.

A la hora de decidir colocar tarima en el exterior de nuestra vivienda debemos de tener en cuenta varios factores: el precio de la tarima, nuestro presupuesto, el uso y el mantenimiento, la estética de la tabla y el clima de la región.

Hay que tener en cuenta que la tarima de madera maciza suele ser más cara que la sintética. Si buscas una opción práctica y de bajo mantenimiento, la sintética es ideal dado que es la más económica y además la más resistente. Si prefieres la belleza natural de la madera, la maciza te brindará un resultado único. Debes pensar que la tarima junto a piscinas o en zonas de mucho tránsito requiere mayor resistencia y más mantenimiento.

Instalar una tarima de exterior es un proyecto que puede mejorar significativamente la apariencia y funcionalidad de un espacio al aire libre. El primer paso en la instalación es la preparación del área. Es fundamental limpiar y nivelar la superficie donde se instalará la tarima. Además, es importante asegurarse de tener un drenaje adecuado para evitar la acumulación de agua que pueda dañar la estructura.

La instalación de una tarima de madera natural es más difícil dado que necesita ser tratada para resistir la humedad, insectos, etc. Esto puede implicar la aplicación de selladores y protectores antes y después de la instalación. La madera también puede requerir un mayor grado de mantenimiento continuo para preservar su apariencia y durabilidad, como lijado y aplicación periódica de protectores.

La tarima de composite, es una alternativa más sencilla y de bajo mantenimiento. Las tablas de composite están diseñadas para ser resistentes a la intemperie, a los insectos y a la podredumbre, lo que elimina la necesidad de tratamientos adicionales.

La tarima de composite tiene una durabilidad de entre 30 y 35 años, mientras que la tarima de madera natural puede durar entre 20 y 25 años con un buen cuidado.

La tarima de madera sintéticas son más económicas que la madera natural, por lo que están disponibles desde los 30 euros el metro cuadrado, mientras que las tarimas de madera de pino o bambú cuestan aproximadamente 40 euros el metro cuadrado.

El composite exterior, también conocido como madera compuesta o WPC (Wood Plastic Composite), es un material moderno y versátil utilizado en la construcción y decoración de espacios exteriores. Este material se ha vuelto muy popular debido a sus numerosas ventajas sobre la madera tradicional.

Es una tarima para exteriores especialmente conocida por su capacidad para resistir condiciones climáticas extremas, humedad, insectos y desgaste general.

La característica principal de la tarima alveolar es su estructura interna hueca. Los alveolos, o celdas, están distribuidos de manera uniforme a lo largo del material, proporcionando una combinación óptima de resistencia y ligereza.

Las losetas autoinstalables de composite son piezas de pavimento modulares diseñadas para ser fácilmente colocadas sin necesidad de herramientas o adhesivos especiales. Están fabricadas a partir de materiales compuestos, que combinan fibras naturales con polímeros plásticos, creando un producto duradero, resistente y estéticamente atractivo.